(1) Si yo hablara las lenguas de los nativos, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena o címbalo que retiñe.
(2) Y si vistiera como ellos y entendiera su cultura y modales, y si copiara todas sus costumbres al punto de pasar desapercibido, y no tengo amor, nada soy.
(3) Y si repartiera todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y consumiera todas mis energías, y no tengo amor, de nada me sirve.
(4) El amor soporta largas horas de estudio del idioma, y es amable con los que se ríen de mi acento; el amor no envidia a los que se quedaron en sus casas; el amor no exalta la cultura propia; el amor no siente superioridad racial;
(5) no se jacta de como se hacen las cosas en la patria natal, no busca sus propios ideales, no se estimula rápidamente a ponderar la belleza del terruño, no piensa negativamente sobre la cultura local.
(6) El amor soporta toda crítica a la cultura propia, cree todo lo bueno que tiene la nueva,
(7) confía en llegar a sentirse como en casa, aguanta cualquier inconveniente que venga.
(8) El amor nunca deja de ser; pero la antropología cultural acabará, cesará la lingüística, y la contextualización que lleva al sincretismo.
(9) En parte conocemos la cultura y en parte llegaremos a ministrar;
(10) pero cuando Él llegue a ser implantado en ellos, entonces nuestras ineptitudes desaparecerán.
(11) Cuando yo vivía en Latinoamérica, hablaba como latino, pensaba como latino, juzgaba como latino; pero cuando me fui de Latinoamérica, dejé atrás todo lo que me ataba.
(12) Ahora nos adaptamos a esta cultura, torpemente; pero un día presenciaremos cómo Él vivirá entre ellos, íntimamente. Ahora hablo con acento extranjero, pero entonces será Él quien hable a los corazones, directamente.
(13) Ahora permanecen la adaptación transcultural, el estudio del idioma y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.
Autor anonimo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Deja tus comentarios, Dios te bendiga.